Hola amigos,
Concluido este tramo del Camino del Cid, conocido como Las 3 Taifas, quiero hacer una valoración personal de esta experiencia, y de lo que he podido ver a lo largo de todos estos días.
Han sido prácticamente 300 kilómetros, recorridos en gran parte a través de una zona muy despoblada, con pocos servicios y con una pesada mochila a la espalda. Puedo decir que en los aproximadamente 900 km. que llevo recorridos en el Camino del Cid no he coincidido con ninguna persona que estuviera realizando esta travesía caminando, y tampoco en bicicleta o en moto. Solamente y de forma puntual, he podido compartir escenarios con personas que lo estaban realizando en automóvil.
Al igual que en los tramos El Camino del Destierro y Tierras de Frontera, en esta ruta la soledad vuelve a ser una constante, y por ello es necesario estar psicológicamente preparado para afrontar el recorrido. La época en la que lo he realizado conlleva además una climatología adversa...
Aún viajando solo, no me he sentido solo en ningún momento. Como en otras situaciones similares, me han acompañado los personajes "Cidianos", mi música…, y las personas de todo tipo y condición que me he ido encontrando por el camino. Ellas me han aportado conocimiento y me han trasladado sus vivencias, interesantes en muchos casos. De ellas he sentido una vez más lo que es la generosidad. He disfrutado de los animales, del paisaje, del espléndido patrimonio y del silencio… que cada día valoro y tengo más en consideración. Hago a continuación una valoración por apartados.
Señalización
En general, es buena y suficiente en las tres provincias por las que discurre el tramo Las 3 Taifas, especialmente en la provincia de Guadalajara, pero también es cierto que a lo largo de la travesía he tenido que consultar el GPS en numerosas ocasiones, algunas porque no encontraba las señales, y otras para confirmar que iba por el lugar adecuado, al no estar quizá suficientemente marcado. Los postes de madera con la imagen del Cid, tan característicos en la provincia de Burgos, dan paso en esta ruta a marcas de senderismo, con las que se balizan los GR, aunque también pueden verse los postes. En varios lugares estas marcas no están donde debieran, en el lugar más apropiado, sino que se han colocado probablemente sin el criterio de un profesional de montaña. En otras ocasiones estas señales están ocultas o semi ocultas por arbustos o maleza.
En mi opinión, es necesario mejorar la señalización en el tramo Torres de Albarracín a Albarracín, ya que las distancias que se indican en algunos de los carteles no reflejan la realidad, informando de menos kilómetros de los que realmente hay. Esto, para las personas que realizamos esta ruta caminando es muy importante.
Servicios
Las 3 Taifas está algo más poblada que en los dos tramos por los que transitado con anterioridad; esto es, el Camino del Destierro y Tierras de Frontera, pero aún así estamos en una de las zonas más despobladas de Europa. Por ello, es habitual encontrarse con pueblos con muy pocos habitantes y sin servicios, como puede ser un simple bar o una tienda donde poder comprar lo más básico.
Quien pretenda realizar esta ruta andando debe tener esto muy presente y no ha de tomárselo a la ligera, ya que es seguro que habrá de hacer muchos kilómetros sin ningún tipo de apoyo logístico, que le permita comprar, comer o dormir.
Llama la atención también que las Oficinas de Turismo casi siempre se encuentran cerradas y su servicio está enfocado al turismo al uso, básicamente de fines de semana y festivos.
Patrimonio artístico y cultural
He podido comprobar durante mi andadura por las Taifas de Toledo, Zaragoza y Albarracín, el importantísimo patrimonio artístico y cultural que tiene esta ruta, teniendo el privilegio de admirar ermitas, iglesias, puentes, castillos y fortalezas medievales, en diferentes estados de conservación, pero todos ellos dignos de ser visitados y protegidos, sin olvidar su pasado salinero, aún visible en muchos pueblos de Guadalajara.
Ciudades de leyenda, que aún hoy en día desprenden historia por los cuatro costados, como es el caso de Daroca, Molina de Aragón, o la bellísima ciudad de Albarracín, capital de la que fuera la antigua Taifa del mismo nombre. Pasear por sus calles es sumergirse en aquella época, respirar y sentir su grandeza.
La falta de medios económicos para mantener y mejorar el patrimonio es palpable en muchas localidades. Hago aquí un llamamiento a las instituciones públicas para que se involucren y aporten estos medios tan necesarios, pero también hago un llamamiento a los propios habitantes de estos pueblos, los cuales quizá deban colaborar de una manera activa y desinteresa en recuperar, mantener y mejorar su patrimonio. Esto traerá a medio plazo la revitalización económica y la mejora de las condiciones de vida de estas ciudades.
Pero no todo el patrimonio de esta ruta se reduce a sus edificios históricos. También cuenta con un patrimonio natural de primer orden, como es el caso del Parque Natural del Alto Tajo, y la Sierra de Albarracín.
Sugerencias al Consorcio Camino del Cid
En esta travesía la situación es muy similar a los tramos denominados el Camino del Destierro y Tierras de Frontera. Considero necesaria la creación de una red de albergues, planificada y ordenada en el tiempo, que permita despertar en la gente el interés necesario por el Camino del Cid, de forma que poco a poco, se vaya incrementando el número de “Cidianos” que realicen esta travesía. Soy consciente de que no es una tarea fácil, porque este tipo de establecimientos también ha de tener una rentabilidad, siquiera mínima. Aquí juegan un papel esencial los Ayuntamientos por los que discurre el Camino del Cid, que en mi opinión son los que tienen que poner los medios necesarios para la creación de esta red, que a la postre, redundará a medio/largo plazo en el propio beneficio del municipio, sin duda. Pero además, es muy necesaria la colaboración desinteresada de los vecinos de los pueblos por los que discurre esta ruta, una suerte de “hospitaleros” sin ánimo de lucro, podríamos llamarlo así.
Agradecimientos
Una vez más debo agradecer al Consorcio del Cid la magnífica página Web http://www.caminodelcid.org que pone a nuestra disposición, en la que es posible encontrar todo tipo de información actualizada sobre esta ruta. Una Web muy útil y completa.
También, como no puede ser de otra manera, agradezco aquí la generosidad y la ayuda desinteresada que me han prestado numerosas personas a lo largo de Las 3 Taifas, y también la atención y el cariño de otras muchas, con las que he compartido mi tiempo. Gracias a todos ellos, por lo que me han enseñado y por lo que me han aportado.
Los árabes
Como he mencionado anteriormente, durante estos días he recorrido lo que fueron las taifas medievales de Toledo, Zaragoza y Albarracín, donde la cultura árabe estuvo muy presente a lo largo de varios siglos, omnipresente podría decirse. Es por esta razón que me gustaría cerrar esta travesía haciendo mención precisamente a los árabes, y lo que supuso la incorporación de su cultura a la península ibérica en concreto, y al mundo cristiano-occidental en general.
Desde el inicio de la ocupación, allá por el siglo VII y hasta su definitiva expulsión a finales del siglo XV con la rendición de Granada, los árabes introdujeron en Europa muchos conocimientos adquiridos básicamente en lugares como Persia, India o la antigua Grecia.
En aquella época, en Europa, el conocimiento y la cultura en general, estaban totalmente en manos de los poderes eclesiásticos cristianos. Eran tiempos en los que la ciencia estaba claramente subordinada y controlada por la Iglesia, la cual aplastaba con crueldad y sin contemplaciones cualquier intento por desmarcarse de ese férreo control. Esto impedía un desarrollo adecuado e independiente de la ciencia, lo que abocaba irremediablemente al subdesarrollo y a la pobreza intelectual y económica. Por el contrario, el mundo musulmán vivía una época de esplendor sin precedentes. Ciudades como Córdoba, o ya en Oriente, Damasco, Samarcanda, etc. poseían un altísimo nivel de vida, y sus gobernantes vivían rodeados de poetas, filósofos, sabios y artistas de todas clases.
Durante el siglo X, la ciudad de Córdoba, capital del califato del mismo nombre, tenía el primer alumbrado público de Europa, poseía 700 mezquitas, más de 70.000 edificios y 70 bibliotecas, con una población de 500.000 habitantes; mientras París tenía menos del 10% y Londres era una simple aldea. Es un poco más tarde, en el siglo XI, cuando discurrió la vida de nuestro personaje, Rodrigo Díaz de Vivar “El Cid”, ya en plena desmembración del poderoso califato peninsular.
Los árabes introdujeron perfumes, especias, confituras, animales (cabras, ovejas y los mejores caballos…), el café (en árabe llamado “qahwa”), y así un largo etc. Con ellos llegaron grandes avances en las diferentes áreas de la ciencia, como es el caso de:
Las Matemáticas. Con la introducción del álgebra, los números arábigos y el uso del cero…, por citar unos ejemplos.
La Medicina. Ilustres pensadores y científicos, como es el caso de Al-Razi (865-925), quien fuera el fundador del hospital de Bagdad dejaron una enorme huella en el conocimiento humano. Llego a escribir alrededor de 200 trabajos médicos, además de describir el sarampión y la viruela.
Avicena |
Como ilustración de su persona y de su pensamiento dejo aquí una de sus célebres frases, en esta ocasión referida al vino, que con su permiso hago mía: “El vino es el amigo del sabio y el enemigo del borracho. Es amargo y útil como el consejo del filósofo, está permitido a la gente y prohibido a los imbéciles. Empuja al estúpido hacia las tinieblas y guía al sabio hacia Dios”
Averroes |
La Astronomía. Era considerada como ciencia por los árabes y los gobernantes llegaron a disponer de sus propios astrólogos personales. Hubo todo tipo de observatorios, públicos y privados.
Por todo ello, debemos de mirar con respeto y admiración los grandes aportes científicos y culturales que nos dejaron los árabes a lo largo de los ocho siglos que permanecieron en la península ibérica, ya que supusieron un avance importantísimo para la época, y en definitiva, un legado para el conocimiento y progreso humano.
Es mi deseo que el Camino del Cid, hoy en gran medida desconocido y olvidado por casi todos, alcance en un futuro próximo la importancia que se merece, siendo reconocido como un patrimonio de primer orden, una especie de túnel del tiempo en el que poder trasladarnos a la Edad Media, a un periodo fascinante de la historia de la humanidad. Para ello, que mejor para alcanzar este objetivo que realizar esta travesía, preferentemente caminando, observando y asimilando, con respeto y sensibilidad. Esto contribuirá sin duda a la recuperación de su enorme patrimonio histórico, y también, a la recuperación de la vida en muchos de sus pueblos, hoy en buena parte deshabitados por falta de oportunidades.
El próximo capítulo en la interesante ruta del Cid: La conquista de Valencia
Un abrazo
Jon Galdos